miércoles, 10 de septiembre de 2014

Lágrimas de fénix

"Venga, sí, no es tan difícil" anima alguien en su cabeza. Es lo primero que escucha en días, o quizá meses. "Abre los ojos, o nos quedaremos así para siempre" dice la vocecilla "¡Podemos hacerlo juntos! ¡Yo confío en ti! ¡Ya lo hicimos una vez!". 

[...]

Era un noviembre frío y lluvioso, muy lluvioso, como no se había visto en años. Él seguía en su afán de aprender a volar, a pesar de las continuas (¿quemaduras?) y heridas que decoraban su piel. Llevaba años tras su objetivo, solo porque sentía que en su mente, alguna vez, no sabe cuándo, cómo, ni dónde, lo había conseguido. Alguna vez pudo haberse quemado las garras, haber incendiado algún que otro descampado, o simplemente, haber sentido sus llamas saciadas de oxígeno,
Pero se apagó. ¿La lluvia? ¿El frío? Sin fuerzas para avivar el fuego.

[...]

¿Por qué llora un ave fénix? Porque hay cosas que horrorizan más que la propia Muerte.

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